CARLOS TORRÓ / Madrid
¿De quien nos podemos fiar cuando nos aconsejan sobre una película? seguramente que de nadie. Las críticas no siempre se saben darnos una idea clara y muchas veces los críticos son demasiado pedantes y están lejos de aportar algo nuevo. Pero existe una excepción a la regla, afortunadamente para todos. Se trata de Palomitas en los ojos, un extraño espécimen dentro del “bloguniverso” cinematográfico.
Cuando uno se planta ante una critica cinematografía espera encontrar algo más que una simple explicación, algo más que una simple recomendación a la hora de gastarse, gustosamente o no, sus 7,50 euros por los que, más o menos, se paga ahora por una entrada a esa extraña experiencia de entretenimiento, cultura y disfrute audiovisual que llaman cine. Espera un texto con carácter, es mas con carácter propio. Que de una visión más profunda, más experimentada, más desafiante que mira de igual a igual a las estrellas, directores y demás profesionales del celuloide. Por lo tanto el trabajo de un crítico de cine debe estar bien documentado, debe saber hilvanar todos los conocimientos, los rumores, las leyendas, los chismorreos de todas las películas para poder comparar, contraponer, exponer, destripar cada secuencia y plano de una cinta y así, finalmente, recomendar a su fiel, o promiscuo, lector donde dejarse sus siete con cincuenta.
Por ello esta ardua tarea no resulta fácil y por ende tampoco resulta nada fácil la tarea de leer una crítica cinematográfica, o mejor dicho, a según qué críticos. Se podría decir que un crítico de cine es como un dentista. Le eres fiel para que te proporcione dolor. Dolor al despedazar tus esperanzas sobre algún esperado estreno o sobre según que súper-estrella, nacional o de importación. Es como si depositáramos en él una esperanza de que, dentro de lo posible, el dolor fuera lo más suave posible.
Ante semejante muestra de confianza yo me decanto por un modesto rincón de todo el ciberespacio. El blog Palomitas en los ojos. Un simple aficionado al cine, sin más aspiraciones que paliar su necesidad comunicativa, expone a través de interesantes textos sus opiniones. Pero lo que más me gustaría destacar es su sentido del humor. Un sentido del humor algo irreverente pero manteniendo los pies en el suelo. Este espacio permite, simplemente, divertir. Y ese es el punto crucial. Entretiene a través de los conocimientos que van cayendo dentro de cada crítica, silenciosamente, sin dolor (como un buen dentista se supone que trabaja).
¿De quien nos podemos fiar cuando nos aconsejan sobre una película? seguramente que de nadie. Las críticas no siempre se saben darnos una idea clara y muchas veces los críticos son demasiado pedantes y están lejos de aportar algo nuevo. Pero existe una excepción a la regla, afortunadamente para todos. Se trata de Palomitas en los ojos, un extraño espécimen dentro del “bloguniverso” cinematográfico.
Cuando uno se planta ante una critica cinematografía espera encontrar algo más que una simple explicación, algo más que una simple recomendación a la hora de gastarse, gustosamente o no, sus 7,50 euros por los que, más o menos, se paga ahora por una entrada a esa extraña experiencia de entretenimiento, cultura y disfrute audiovisual que llaman cine. Espera un texto con carácter, es mas con carácter propio. Que de una visión más profunda, más experimentada, más desafiante que mira de igual a igual a las estrellas, directores y demás profesionales del celuloide. Por lo tanto el trabajo de un crítico de cine debe estar bien documentado, debe saber hilvanar todos los conocimientos, los rumores, las leyendas, los chismorreos de todas las películas para poder comparar, contraponer, exponer, destripar cada secuencia y plano de una cinta y así, finalmente, recomendar a su fiel, o promiscuo, lector donde dejarse sus siete con cincuenta.
Por ello esta ardua tarea no resulta fácil y por ende tampoco resulta nada fácil la tarea de leer una crítica cinematográfica, o mejor dicho, a según qué críticos. Se podría decir que un crítico de cine es como un dentista. Le eres fiel para que te proporcione dolor. Dolor al despedazar tus esperanzas sobre algún esperado estreno o sobre según que súper-estrella, nacional o de importación. Es como si depositáramos en él una esperanza de que, dentro de lo posible, el dolor fuera lo más suave posible.
Ante semejante muestra de confianza yo me decanto por un modesto rincón de todo el ciberespacio. El blog Palomitas en los ojos. Un simple aficionado al cine, sin más aspiraciones que paliar su necesidad comunicativa, expone a través de interesantes textos sus opiniones. Pero lo que más me gustaría destacar es su sentido del humor. Un sentido del humor algo irreverente pero manteniendo los pies en el suelo. Este espacio permite, simplemente, divertir. Y ese es el punto crucial. Entretiene a través de los conocimientos que van cayendo dentro de cada crítica, silenciosamente, sin dolor (como un buen dentista se supone que trabaja).
Así pues no nos alargamos más y dejamos caer, dentro de este cajón, un pequeño detalle para pasar un buen rato.
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